

YOGA SÍ. YOGA NO.
¿Está mal hacer yoga?
«Padre, ¿está mal hacer yoga?» Es increíble cómo ha crecido el número de católicos que, bien intencionados, buscan experiencias religiosas y caminos de sanación interior alternativos a su fe bautismal y te preguntan: «Padre, ¿está mal hacer yoga? ¿Es pecado? ¿Acaso no puedo hacer ese tipo de ejercicios y al mismo tiempo ir a misa? ¿Se puede hacer meditación cristiana mientras haces yoga? ¿Está bien si solo voy a hacer yoga por los ejercicios de relajación?». La fascinación por la religiosidad oriental para entrar en contacto con el Absoluto no es nueva, pero sí resulta preocupante constatar la cantidad de jóvenes y también adultos, cada vez más
interesados en explorar nuevas posibilidades dentro del hinduismo y del budismo que en conocer y vivir su propia religión católica. No los juzgo, tampoco los culpo. Más bien me pregunto: ¿Por qué la verdad de Cristo, médico de cuerpos y almas, Camino, Verdad y Vida no les es suficiente?[...] [...] [...]
EL DÍA DE YAHVÉ
¿Motivo de alegría o miedo?
¿La proximidad del día de Yahvé debería ser un tema morboso y reservado para fanáticos oscurantistas o una parte fundamental del depositium fidei, esencial a la la identidad y a la predicación de la Iglesia? En este último Adviento me ha sorprendido la manera tan clara en la que la liturgia hace referencia al Gran Día, al día de Yahvé o día del Señor, mostrandola unidad que existe entre la primera venida de Jesús en la humildad del pesebre y su segundo retorno glorioso.
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SICUT ACIES ORDINATA
¿Legionarios de Cristo, ¿un carisma para los últimos tiempos?
Partimos de una pregunta sencilla: ¿Sería razonable leer en las Constituciones de los Legionarios de Cristo una espiritualidad providencial para estos últimos tiempos? Entiendase por «últimos tiempos» no solo el ocaso de la historia anunciado por Jesús al inicio de su vida pública (Mc 1,15), sino también esa última batalla espiritual de la que habla el Catecismo de la Iglesia Católica (nn. 675-677).
Y para mí la respuesta a dicha pregunta es definitivamente sí y por tres motivos: la experiencia que esta congregación religiosa ha hecho de la misericordia divina; el espíritu combativo de su forma de vida y apostolado; el sentido de urgencia.
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